LA PRIMERA INFANCIA, CLAVE PARA PREVENIR EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD EN LA ADOLESCENCIA

Los primeros cinco años de vida representan una ventana de oportunidad crucial para prevenir el sobrepeso y la obesidad, según concluye una nueva investigación que será presentada en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO 2025), que se celebrará del 11 al 14 de mayo en Málaga, España.

El estudio reveló que el índice de masa corporal (IMC) de un niño a los 6 años es un mejor predictor de su riesgo de sobrepeso u obesidad a los 18 años que el IMC registrado en otras etapas de la infancia. De hecho, cada aumento de una unidad en el IMC a los 6 años duplicó (2,35 veces) las probabilidades de presentar sobrepeso u obesidad en la adultez joven, incluso tras ajustar los valores por edad y sexo. Además, se observó que si un niño con un IMC elevado lograba alcanzar un peso más saludable antes de los 6 años, su riesgo de padecer sobrepeso u obesidad en la adolescencia desaparecía. Sin embargo, si este cambio se producía después de los 6 años, el riesgo persistía, lo que subraya la importancia de intervenir durante los primeros años de vida.

La investigación, liderada por Jasmin de Groot del Erasmus MC, Centro Médico Universitario de Rotterdam (Países Bajos), utilizó datos de una cohorte prospectiva en curso con 3.528 participantes, de los cuales el 52,9% eran mujeres. Se registraron medidas de peso al nacer (ajustado por edad gestacional y sexo) y valores de IMC a los 2, 6, 10, 14 y 18 años. El IMC infantil tiende a aumentar con la edad, por lo que los investigadores consideraron el enlentecimiento del ritmo de crecimiento del IMC como un indicador de evolución saludable, en lugar de enfocarse únicamente en la reducción del índice.

Los datos mostraron que el 32,3% de los niños presentaban sobrepeso u obesidad a los 2 años, porcentaje que era del 22,3% a los 6 años, 24,7% a los 10 años y 20,6% a los 14 años. Muchos de estos casos persistieron en el tiempo: el 32,5% de los niños con sobrepeso u obesidad a los 2 años continuaban con ese diagnóstico a los 18 años. Este porcentaje aumentaba progresivamente con la edad: 53,9% a los 6 años, 57,2% a los 10 y 70,3% a los 14 años.

Un IMC elevado en cualquier momento de la infancia incrementaba la probabilidad de sobrepeso u obesidad en la adolescencia, aunque el riesgo era significativamente mayor cuando se registraba a los 6 años. No obstante, si los niños con IMC alto lograban desacelerar su aumento de peso antes de esa edad, su riesgo se igualaba al de los niños con IMC promedio. En cambio, alcanzar un peso saludable después de los 6 años no ofrecía el mismo beneficio.

Los autores enfatizan la necesidad de monitorear el crecimiento y desarrollo infantil desde los primeros años. “Si queremos ayudar a las futuras generaciones a crecer más sanas y ofrecerles una vida feliz, debemos entender cómo evolucionan en sus primeros años”, afirma De Groot. “Nuestra investigación demuestra que un niño con sobrepeso u obesidad no está condenado a mantener ese estado en la adolescencia, y que los primeros cinco años representan una oportunidad única para intervenir y prevenir estas condiciones en el futuro”.

Referencia: European Association for the Study of Obesity