UN NUEVO INFORME ADVIERTE: MILES DE MILLONES SIN ACCESO A DIETAS SALUDABLES, PERO EL CAMBIO ES POSIBLE
- Sáb 4 de Oct 2025
- Sochob
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La Comisión EAT–Lancet 2025 advierte que los sistemas alimentarios actuales se han convertido en uno de los mayores impulsores de las crisis globales: desde la expansión de enfermedades crónicas y la profundización de la desigualdad social hasta la aceleración del cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Aunque el mundo produce suficientes calorías para todos, casi 3.700 millones de personas carecen de acceso a una dieta saludable, a ingresos dignos o a un entorno limpio.
Paralelamente, la producción de alimentos representa cerca del 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y ha empujado al planeta más allá de varios de sus límites de seguridad ecológica. Frente a este panorama, la Comisión plantea la Dieta de Salud Planetaria (PHD 2025) como un marco flexible y culturalmente diverso para garantizar salud y sostenibilidad. Se trata de una alimentación predominantemente basada en plantas —con abundancia de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas— complementada por un consumo moderado de pescado, aves, lácteos y huevos, y un consumo muy reducido de carne roja y alimentos ultraprocesados. Según el análisis, su adopción global podría prevenir hasta 15 millones de muertes prematuras al año y reducir en un 27% el riesgo de mortalidad temprana asociada a enfermedades crónicas.
Pero el informe subraya que no basta con cambiar lo que comemos: es necesaria una transformación profunda de los sistemas alimentarios. Esto implica transitar hacia prácticas agrícolas sostenibles y regenerativas, reducir a la mitad el desperdicio de alimentos, proteger los ecosistemas naturales que aún permanecen intactos y garantizar que todos los trabajadores del sector reciban salarios justos y condiciones seguras. Además, se pide empoderar a pequeños agricultores, comunidades indígenas y mujeres, asegurando que tengan voz en las decisiones que afectan sus medios de vida. El impacto potencial de esta transformación es enorme. Si el mundo adopta la Dieta de Salud Planetaria y al mismo tiempo mejora la producción y reduce las pérdidas alimentarias, las emisiones globales relacionadas con los alimentos podrían disminuir más de la mitad hacia 2050, lo que equivaldría a eliminar las emisiones de todas las plantas de carbón del planeta. También se liberaría alrededor de un 7% de tierras agrícolas, lo que abriría la posibilidad de restaurar ecosistemas y biodiversidad.
Desde el punto de vista económico, el costo de mantener los sistemas alimentarios actuales se estima en 15 billones de dólares anuales en daños sanitarios y ambientales. En cambio, transformar el sistema requeriría una inversión mucho menor —entre 200.000 y 500.000 millones de dólares al año— y generaría beneficios anuales superiores a 5 billones de dólares en salud, productividad y protección ambiental. La Comisión insiste en que la equidad y la justicia son condiciones indispensables: el 30% más rico de la población mundial es responsable del 70% del impacto ambiental de las dietas, mientras que casi la mitad de la población no puede acceder a una alimentación saludable. Sin abordar estas desigualdades, ninguna transformación será duradera.
En conclusión, el informe sostiene que transformar los sistemas alimentarios es un requisito ineludible para garantizar la salud de las personas y la resiliencia del planeta. La Comisión hace un llamado urgente a gobiernos, sector privado y sociedad civil a emprender una revolución alimentaria justa, que ponga en el centro la salud, la sostenibilidad y la equidad. Las decisiones que se tomen hoy, afirman, determinarán la calidad de vida y el equilibrio ambiental de las generaciones futuras.
Referencia: Rockström J, Thilsted SH, Willett WC, et al. The EAT–Lancet Commission on healthy, sustainable, and just food systems. The Lancet, Online first October 02, 2025.