CRECE EL USO DE AGONISTAS GLP-1 TRAS CIRUGÍA BARIÁTRICA
- Jue 4 de Sep 2025
- Sochob
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El uso de fármacos agonistas del receptor GLP-1 para la pérdida de peso ha aumentado de forma significativa entre los pacientes sometidos a cirugía bariátrica en los últimos años, aunque el momento de inicio del tratamiento varía ampliamente, según un gran estudio retrospectivo de cohorte. El inicio del tratamiento con agonistas GLP-1 fue más frecuente en mujeres, en quienes se sometieron a manga gástrica y en aquellos con menor reducción de peso tras la cirugía, medida por el índice de masa corporal (IMC).
“Algunos pacientes no logran la pérdida de peso esperada o recuperan parte del peso con el tiempo. En estos casos, las terapias con agonistas GLP-1 están emergiendo como una alternativa importante para el control del peso”, explicó el investigador principal, Hemalkumar Mehta, PhD, profesor asociado en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. Mehta señaló además que, si bien abundan los testimonios de pacientes en redes sociales sobre el uso de agonistas GLP-1 tras la cirugía, la revisión de la literatura científica reveló la ausencia de estudios publicados en este contexto, especialmente con los fármacos más recientes como semaglutida y tirzepatida. Esta laguna motivó la investigación, publicada en JAMA Surgery.
Diseño del estudio
El análisis utilizó datos de una base nacional multicéntrica de registros electrónicos de salud, que incluía aproximadamente 113 millones de adultos en Estados Unidos. Se identificaron 112.858 pacientes sometidos a cirugía bariátrica, con una edad media de 45,2 años y mayoría femenina (78,9%). Por raza autodeclarada, 64,2% eran blancos, 22,1% negros o afroamericanos, 1,1% asiáticos y 12,6% otros grupos. En total, 15.749 pacientes (14%) iniciaron un GLP-1 tras la cirugía. De ellos, 21,5% lo hizo en los dos primeros años, mientras que el resto comenzó entre los años 3-4 (32,3%), 5-6 (25,2%) o posteriormente (21%). El uso aumentó marcadamente en los últimos años: pasó del 1,7% en 2015–2019 al 12,6% en 2020–2025.
Diferencias entre usuarios y no usuarios
Los pacientes que iniciaron GLP-1 se diferenciaron de quienes no lo hicieron en varios aspectos:
- Eran ligeramente más jóvenes (44,9 vs 45,2 años).
- El uso fue mayor en mujeres (15,1% vs 9,7%) y en pacientes negros o afroamericanos (15,8% vs 13,5%). La manga gástrica se asoció con mayor inicio de GLP-1 que el bypass gástrico en Y de Roux (14,9% vs 12,1%).
- La presencia de diabetes tipo 2 aumentó la probabilidad de uso (aHR 1,34).
En cuanto al grado de obesidad, el IMC prequirúrgico medio fue 42. Comparado con pacientes con sobrepeso (IMC 25–29,9), el riesgo de iniciar GLP-1 fue:
- 1,73 veces mayor en obesidad clase I (IMC 30–34,9).
- 2,19 veces mayor en obesidad clase II (IMC 35–39,9).
- 2,69 veces mayor en obesidad clase III (IMC ≥ 40).
El IMC mediano al iniciar GLP-1 fue 36,7. Cada aumento de 1 punto de IMC posquirúrgico incrementó en 8% la probabilidad de comenzar tratamiento.
Limitaciones y perspectivas
El estudio no evaluó la efectividad de los agonistas GLP-1 en la pérdida de peso tras la cirugía ni el momento óptimo para su inicio. Además, utilizó datos anteriores a la aprobación de semaglutida y tirzepatida, lo que puede limitar la aplicabilidad a la práctica actual. Tampoco se registraron dosis, esquemas de titulación ni adherencia, factores clave para evaluar la eficacia. Pese a estas limitaciones, los autores concluyen que los agonistas GLP-1 se utilizan cada vez más como complemento de la cirugía bariátrica y que existe gran variabilidad en el momento de su prescripción.
Opiniones de expertos
Para Louis Aronne, MD, director del Comprehensive Weight Control Center de Weill Cornell Medicine, el uso de GLP-1 en pacientes operados “es perfectamente lógico”. Señaló que quienes los utilizaron en este estudio presentaban una pérdida de peso inferior al promedio (12%), con un IMC aún en rango de obesidad clase II. Aronne destacó que, en su experiencia, los pacientes sometidos a cirugía requieren dosis más bajas de GLP-1, lo que sugiere una mayor sensibilidad a estos fármacos, aunque este aspecto aún no ha sido estudiado con rigor. Finalmente, Mehta subrayó que la decisión de iniciar un GLP-1 tras cirugía debe ser compartida entre médico y paciente, y que el interés creciente en estas terapias refleja tanto la cobertura mediática como las expectativas de los propios afectados.
Fuente: https://www.medscape.com
Fuente: Kim M, Schweitzer MA, Kim JS, et al. Use of glucagon-like peptide-1 agonists among individuals undergoing bariatric surgery in the US. JAMA Surg. 2025 Aug 27:e253089.