ESTRATEGIAS PARA LOS PRIMEROS 1000 DÍAS EN LA PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD INFANTIL

Un informe reciente publicado en Pediatric Obesity por el Consorcio Europeo EndObesity pone de relieve que los esfuerzos actuales para prevenir la obesidad infantil suelen comenzar demasiado tarde y se centran de manera limitada en la madre, dejando de lado el papel del padre y las influencias sociales más amplias. El documento propone un nuevo enfoque preventivo, basado en los llamados “primeros 1000 días” —desde antes de la concepción hasta los dos años de vida—, etapa en la que se define gran parte del riesgo futuro de obesidad.

Contexto y fundamentos

La obesidad infantil continúa en aumento a nivel mundial y constituye una amenaza grave para la salud pública, con más de 750 millones de niños y adolescentes que se prevé vivirán con sobrepeso u obesidad en 2035. La evidencia acumulada sugiere que los orígenes de la obesidad se establecen muy temprano, influenciados por la nutrición y el estilo de vida familiar durante la preconcepción, el embarazo y la primera infancia. Sin embargo, la mayoría de las estrategias preventivas han fracasado porque se aplican demasiado tarde y no abordan los factores estructurales y culturales que condicionan los hábitos familiares.

Desarrollo del informe

El consorcio, financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, analizó datos armonizados de 12 estudios europeos en curso, integrando resultados de cohortes de nacimiento y ensayos de intervención. Mediante revisiones sistemáticas y debates de consenso con investigadores, profesionales y familias, elaboraron un marco conceptual integral que identifica los factores de riesgo modificables y las oportunidades de intervención más eficaces en las etapas tempranas del desarrollo.

Hallazgos principales

El informe identifica tres deficiencias críticas en las estrategias actuales de prevención:

  • Foco exclusivo en la madre: se ignoran los factores paternos, a pesar de que el IMC y la dieta del padre influyen de forma independiente en el riesgo de obesidad del hijo.
  • Inicio tardío de las intervenciones: la mayoría de los programas se aplican en el segundo trimestre del embarazo o después, cuando las influencias metabólicas clave ya se han establecido. Los estudios revisados con más de 11.000 mujeres no encontraron impacto significativo en el peso de sus hijos por comenzar demasiado tarde o tener poca duración.
  • Desigualdades socioeconómicas: las familias con menos recursos presentan mayores riesgos, pero también pueden obtener los mayores beneficios cuando las intervenciones se adaptan a sus contextos y se desarrollan en colaboración con los padres. Entre las estrategias más efectivas, el consorcio destaca las intervenciones nutricionales tempranas, como la reducción de la ingesta de proteínas en la alimentación infantil y el uso de fórmulas bajas en proteínas cuando la lactancia materna no es posible, que mostraron los resultados más consistentes en la reducción del peso infantil.

Conclusiones y recomendaciones

El informe concluye que la prevención efectiva de la obesidad infantil debe comenzar antes de la concepción e involucrar a ambos progenitores dentro de un enfoque familiar y social amplio. Recomienda el uso de modelos predictivos dinámicos que permitan identificar de forma temprana a las familias en riesgo y estrategias de comunicación no estigmatizantes. Finalmente, el consorcio llama a un cambio estructural en las políticas públicas, promoviendo medidas como la restricción de publicidad de alimentos no saludables, el apoyo a entornos alimentarios saludables y la cooperación multisectorial. Estas acciones, basadas en el principio de universalismo proporcionado, buscan romper el ciclo intergeneracional de la obesidad y reducir su creciente carga global.

Fuente: https://www.news-medical.net

Referencia: Schipper MC, Manshanden A, Philippe K, et. First 1000 days strategies to prevent childhood obesity: a narrative review and recommendations from the EndObesity Consortium. Pediatric Obesity. First published: 17 October 2025