¿CÓMO ACTIVA EL EJERCICO AL CEREBRO?

Durante la actividad física, el cuerpo humano debe realizar ajustes en sus diferentes sistemas para suplir las demandas de energía y oxígeno. La función cerebral también se modifica con el ejercicio, incluso se ha demostrado que la actividad física podría mejorar la función y tener un efecto protector sobre las enfermedades neurodegenerativas como la demencia, Alzheimer o el Parkinson. Al hacer ejercicio se liberan sustancias que contrarrestan estos procesos inflamatorios evitando que avance la enfermedad.

La neurobiología es una rama de la biología que se encarga de descubrir cómo el ejercicio produce diversas reacciones a nivel cerebral con efectos que se manifiestan más allá de la salud física, Pero ¿qué hace? Trata de entender los procesos biológicos asociados con diferentes funciones cerebrales y con el desarrollo de las enfermedades. De esta manera, durante el desarrollo de cualquier actividad física se produce la activación y contracción de los músculos involucrados. Se liberan las sustancias mensajeras a nivel sanguíneo que viajan a través de la sangre y actúan sobre diferentes órganos incluido el cerebro. Estas sustancias influyen en diversos procesos, uno de ellos es la liberación de neurotransmisores cuya función es trasladar información de una neurona a otra. Durante este proceso se libera la dopamina, serotonina, norepinefrina y cada una interviene en un proceso específico. Por ejemplo, la dopamina contribuye a regular el estrés y los procesos de recompensa. Es decir, influye en procesos que se consideran positivos como: la comida, el sueño y el sexo. Por si fuera poco, el ejercicio también estimula la neurogénesis que en palabras sencillas es la generación de nuevas neuronas a nivel del hipocampo, la zona del cerebro que se relaciona con el aprendizaje y la memoria, que va disminuyendo con la edad. Cuando el cuerpo se ejercita las sustancias llegan al cerebro y se produce este fenómeno.

En reposo, el cerebro utiliza la glucosa como la principal fuente de energía, con el ejercicio existe un incremento en la actividad metabólica cerebral y en sus requerimientos energéticos. Como consecuencia y de forma compensatoria el tejido cerebral utiliza otras sustancias como el ácido láctico, para mantener la actividad neuronal. Diversos estudios demuestran que las personas al realizar actividad física tienen un mayor volumen cerebral en estructuras importantes. A nivel cardiovascular los valores fisiológicos como la frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y la tensión arterial se modifican permitiendo que el cuerpo funcione a mayor capacidad, con un menor costo energético. También se fortalece el corazón y este no necesita contraerse tantas veces.

Beneficios:

  • Hacer ejercicio proporciona múltiples beneficios a nivel corporal, pero lo principal es incluir una rutina de ejercicios prescrita por un médico profesional.
  • Uno de los principales beneficios es el mejoramiento de la salud mental.
  • También actúa como un factor protector de enfermedades como: la depresión, el Alzheimer o la drogodependencia.
  • Hacer ejercicios ayuda a aumentar la concentración y la atención en las personas y provee de endorfinas proporcionándoles una sensación de felicidad, euforia y mayor resistencia.
  • El ejercicio puede causar cambios estructurales a nivel cerebral, ya que optimiza la función del sistema nervioso.
  • En cuanto al cuerpo, ayuda a regular el estrés y sus efectos nocivos.
  • Ejercitarse contribuye a regular el sueño y mejorar el apetito.
  • El ejercicio incide en los estímulos que las personas perciben como agradables y favorece al sistema inmunológico, es decir una persona que haga actividad física de forma continua se enferma menos.

 Actividad física versus ejercicio físico

La actividad física se define como cualquier movimiento corporal producido por el sistema músculo-esquelético que requiera un gasto de energía. Así que, todas las actividades cotidianas podrían ser consideradas como actividad física, por ejemplo, subir y bajar escaleras, la limpieza del hogar o caminar a la parada de autobús; mientras que el ejercicio físico es el mismo movimiento corporal, pero enfocado en una meta y de forma organizada. Por esta razón cualquier rutina de ejercicio debe hacerse bajo la mirada de un médico (deportólogo, o médico avalado para realizar prescripción de ejercicio físico) quienes toman en consideración factores como la edad, peso, porcentaje de grasa o masa muscular, índice metabólico entre otros. No hay que olvidar que el ejercicio significa estrés y desgaste muscular, por ello es fundamental entender que cada persona tiene su propio límite y no debe sobrepasarlo.

En la actualidad, con la ola de información en Internet, cualquier persona, sin la preparación adecuada, prescribe un ejercicio. A través de la valoración médica se indicará al paciente que es lo que necesita trabajar en su cuerpo, cada persona tiene un entrenamiento diferente. El gran problema de los gimnasios es que la mayoría no cuentan con entrenadores certificados y por desconocimiento hacen que las personas hagan rutinas colectivas, sin saber en realidad como se encuentra su cuerpo y estado de salud.

El ejercicio como hábito

Quien decide hacer ejercicio debe hacerlo con una actividad con la que se sienta a gusto. No se puede elegir un tipo de actividad fuerte sin saber si el cuerpo está preparado para realizarlo, como por ejemplo el CrossFit. Lo recomendable en este caso es seguir las instrucciones de un especialista. El profesional de la salud debe consultar al paciente el tipo de actividad que le gusta y a partir de allí hacer la prescripción. También es fundamental no pasar más de dos días sin actividad, porque todos los efectos beneficiosos del ejercicio se pierden. Quienes buscan una vida saludable con ejercicio deben acostumbrarse y crear hábitos para tener efectos a largo plazo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda hacer 30 minutos de ejercicios diarios y si es una persona de la tercera edad lo puede hacer fraccionado 10 minutos en la mañana, 10 minutos en la tarde y 10 minutos en la noche e ir cambiándolos y sumándolos hasta que pueda hacer los 30 minutos sin parar. Es vital recordar que el éxito para un resultado positivo en el organismo consiste un 70% en la dieta, el 10% por el ejercicio y el 20% por el descanso. Lo recomendable es descansar entre 6 a 8 horas dependiendo de la actividad diaria.

Otro factor es llevar una dieta ordenada y equilibrada, que contenga carbohidratos, proteínas, grasas, verduras y hortalizas. Tome en cuenta que todo exceso trae algo negativo. Finalmente, se debe cambiar el chip está en cada persona y no olvidar esa frase de Pilates: ´El cambio se produce a través del movimiento y el movimiento cura´. El moverse, ya sea en actividades cotidianas o en una rutina de ejercicios, implica una serie de componentes corporales (sensoriales, cognitivos y motores), además influyen factores sociales, del entorno y personales. Toda persona que se active mejorará su cuerpo a nivel muscular y mental. Sí…es difícil crear un hábito, pero una vez superadas las dos primeras semanas, el resto será mucho más fácil.

Fuente: https://dialoguemos.ec (07-05-22)