LA OMS DECLARARÁ AL EDULCORANTE ARTIFICIAL ASPARTAME COMO POSIBLE CANCERÍGENO

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que es el brazo de cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó recientemente que el aspartame probablemente será declarado un “posible carcinógeno para los humanos”.

¿Qué es el aspartame?

Después de varias décadas de investigación sobre los edulcorantes artificiales (ASW) para reducir las tasas de obesidad y diabetes, el aspartame se descubrió en 1965 y finalmente se lanzó al mercado en 1981. El aspartame es entre 150 y 200 veces más dulce que el azúcar y, como resultado, no aumenta el valor calórico de los alimentos y bebidas. Según la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), la ingesta diaria aceptable (IDA) de aspartame es de 50 mg/kg, mientras que los organismos reguladores europeos recomiendan una IDA de 40 mg/kg de aspartame tanto para adultos como para niños. En todo el mundo, el aspartame se puede encontrar en más de 6.000 productos, incluidos alimentos y bebidas, pastillas para la tos y algunas pastas de dientes, lo que indica la naturaleza omnipresente de este químico en muchos artículos cotidianos. Aunque la mayoría de los alimentos y bebidas con aspartame se anuncian como alternativas “saludables” o “dietéticas” a los productos endulzados con azúcar, nunca se ha confirmado la capacidad de estos productos para reducir el riesgo de diabetes u obesidad. En cambio, alguna evidencia sugiere que el sabor de las bebidas azucaradas y endulzadas artificialmente aumenta la sensación de hambre y, como resultado, provoca el aumento de peso.

¿El aspartame causa cáncer?

Después de consumir aspartame, esta sustancia química se hidroliza y se absorbe en el tracto gastrointestinal (GI). Este proceso conduce a la liberación de metanol, ácido aspártico y fenilalanina. El metabolismo del metanol comienza en el hígado, donde primero se oxida a formaldehído y luego nuevamente a ácido fórmico. Además del daño directo que causa el metanol en el hígado, el formaldehído también es directamente tóxico para las células hepáticas y está asociado con propiedades cancerígenas. Varios estudios han investigado el potencial cancerígeno del aspartame. Por ejemplo, un estudio en ratas encontró que la exposición al aspartame en una etapa temprana de la vida aumentó el riesgo de que las crías de rata desarrollaran cáncer posteriormente.

La gran cantidad de estudios in vivo e in vitro que indican un papel potencial del aspartame en el desarrollo del cáncer ha llevado a muchas agencias reguladoras, como la IARC, a reconsiderar la seguridad del aspartame para el consumo humano. Asimismo, los resultados de estos estudios también han respaldado los estudios en humanos, que son en gran medida escasos.

En un reciente estudio basado en la población francesa, los investigadores informaron un mayor riesgo de cáncer asociado con el consumo de aspartame. Se encontró que estas personas tenían un riesgo particularmente alto de cáncer de mama y cánceres relacionados con la obesidad, incluidos los cánceres colorrectal, de estómago, de hígado, de boca, de faringe, de laringe, de esófago, de ovario, de endometrio y de próstata.

Estos hallazgos respaldan la influencia única del aspartame en los riesgos específicos de cáncer. Mientras que el aspartame no parece influir en el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas, los hombres que consumen aspartame parecen tener un mayor riesgo de desarrollar linfoma no Hodgkin y mieloma múltiple.

Otros efectos sobre la salud del aspartame

El fallo anticipado de la IARC probablemente generará preocupaciones entre los consumidores sobre el uso de productos con aspartame. Por lo tanto, además de mitigar el riesgo de desarrollar cáncer al reducir o eliminar el consumo de productos con aspartame, los consumidores también estarán protegidos contra los otros efectos potenciales del aspartame en la salud.

Teratogenicidad

Durante el embarazo, es crucial que las madres consuman una dieta saludable para garantizar el correcto desarrollo del feto, así como la salud general de la madre. Estudios previos han demostrado que el consumo de ASW durante el embarazo puede aumentar el riesgo de parto prematuro y enfermedades alérgicas en el feto. Muchos estudios in vivo también han informado una amplia gama de efectos teratogénicos asociados con el consumo de aspartame durante el embarazo, algunos de los cuales incluyen tolerancia adversa a la glucosa e insulina, composición alterada de la microbiota intestinal, mayor aumento de peso, así como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, enfermedad del hígado graso no alcohólico y cánceres relacionados con las hormonas en los bebés.

Trastornos del comportamiento

Se han atribuido varios efectos neurológicos a la exposición al aspartame, algunos de los cuales incluyen trastornos neurológicos y del comportamiento, así como ciertas reacciones neuropsiquiátricas, como dolor de cabeza, convulsiones y depresión. Estos efectos se atribuyen en gran medida al metabolismo del aspartame, que conduce a la producción de fenilalanina, ácido aspártico y metanol, todos los cuales pueden cruzar la barrera hematoencefálica (BBB) ​​e interactuar directamente con los neurotransmisores. Además de los efectos directos del aspartame en el sistema nervioso central (SNC), sus interacciones con la microbiota intestinal también pueden contribuir a cambios de comportamiento a largo plazo. Estas alteraciones del microbioma también aumentan la liberación de corticosterona y hormona adrenocorticotrópica (ACTH).

Fuente: https://www.news-medical.net (29-06-23)