Obesidad estaría programada en la mente de algunas personas

Cinco genes que se asocian al sobrepeso influyen sobre funciones cerebrales, como el control del apetito.

Algunas personas podrían estar programadas para comer en exceso, lo que significa que sus kilos de sobrepeso estarían más asociados a factores mentales que a variables metabólicas, como la capacidad de quemar calorías o de acumular grasa.

Así se desprende de una investigación publicada ayer en la revista Nature Genetics. Tras analizar información de 15 estudios que incluían datos de ADN de más de 32 mil personas, dos equipos de investigadores encontraron por separado siete genes asociados a la obesidad. Cinco de estos genes estaban asociados a funciones cerebrales, tales como el control del apetito.

Los científicos creen que este descubrimiento podría llevar al desarrollo de nuevos tratamientos para la obesidad, que apunten a cambiar factores psicológicos de las personas con predisposición genética a ser obesas, más que centrarse en suprimir su deseo físico de comer.

Niños y adultos

Uno de los estudios fue realizado por el consorcio GIANT, dirigido por expertos de la U. de Michigan e integrado por especialistas de más de 60 entidades. El otro estuvo a cargo de la empresa islandesa Decode Genetics.

Esta última determinó que cada gen identificado tiene un pequeño impacto en la obesidad. Las personas que portan los siete, habitualmente pesan 1,5 a 2 kilos más que el promedio.

Se estima que hasta el 70% de las variaciones en el Índice de Masa Corporal se debe a la genética más que al medio ambiente.

El estudio de GIANT indica también que los diversos genes afectan a las personas en distintas etapas de su vida. Tres de ellos se asociaron a una mayor incidencia de obesidad en niños de cinco a diez años. Otros tres afectaban sólo a adultos.

El hallazgo de los cinco genes que se asocian a actividad cerebral sugiere que tener sobrepeso se debería a la forma en que el cerebro está programado desde el nacimiento, dijo Inés Barroso, del Wellcome Trust Sanger Institute –Inglaterra-.

“Hasta 2007 no se había encontrado ninguna asociación genética con la obesidad común, pero hoy casi todo lo que hemos descubierto probablemente influye sobre la función cerebral”, dijo la investigadora.

Por su parte, el doctor Kari Stefansson, de Decode Genetics, señaló que “esto sugiere que en el desarrollo de mejores formas de combatir la obesidad necesitamos enfocarnos en la regulación del apetito, tanto en factores metabólicos como en la forma en que el cuerpo usa y almacena la energía”.

Fuente: Diario El Mercurio