CAMBIAR A UNA DIETA VEGANA O CETOGÉNICA AFECTA RÁPIDAMENTE AL SISTEMA INMUNOLÓGICO

Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud observaron cambios rápidos y distintos en el sistema inmunológico en un pequeño estudio de personas que cambiaron a una dieta vegana o cetogénica (también llamada ceto). Los científicos monitorearon de cerca varias respuestas biológicas de personas que consumieron secuencialmente dietas veganas y cetogénicas durante dos semanas, en orden aleatorio. Descubrieron que la dieta vegana provocaba respuestas relacionadas con la inmunidad innata (la primera línea de defensa no específica del cuerpo contra los patógenos), mientras que la dieta cetogénica provocaba respuestas asociadas con la inmunidad adaptativa (inmunidad específica de patógenos construida a través de exposiciones en la vida diaria y vacunación.

También se observaron cambios metabólicos y cambios en los microbiomas (comunidades de bacterias que viven en el intestino) de los participantes. Se necesita más investigación para determinar si estos cambios son beneficiosos o perjudiciales y qué efecto podrían tener en las intervenciones nutricionales para enfermedades como el cáncer o las afecciones inflamatorias. La comprensión científica de cómo las diferentes dietas afectan el sistema inmunológico y el microbioma humanos es limitada. Las intervenciones nutricionales terapéuticas, que implican cambiar la dieta para mejorar la salud, no se comprenden bien y pocos estudios han comparado directamente los efectos de más de una dieta. La dieta cetogénica es una dieta baja en carbohidratos y generalmente rica en grasas. La dieta vegana elimina los productos animales y tiende a ser rica en fibra y baja en grasas.

El estudio fue realizado por investigadores del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) de los NIH y del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de la Unidad de Investigación Clínica Metabólica del Centro Clínico de los NIH. Los 20 participantes eran diversos con respecto a origen étnico, raza, género, índice de masa corporal (IMC) y edad. Cada persona comió todo lo que deseaba de una dieta (vegana o cetogénica) durante dos semanas, seguido de todo lo que deseaba de la otra dieta durante dos semanas. Las personas que seguían la dieta vegana, que contenía aproximadamente un 10% de grasa y un 75% de carbohidratos, optaron por consumir menos calorías que aquellas que seguían la dieta cetogénica, que contenía aproximadamente un 76% de grasa y un 10% de carbohidratos.

Durante todo el período de estudio, se recogieron sangre, orina y heces para su análisis. Los efectos de las dietas se examinaron utilizando un enfoque “multiómico” que analizó múltiples conjuntos de datos para evaluar las respuestas bioquímicas, celulares, metabólicas e inmunes del cuerpo, así como los cambios en el microbioma. Los participantes permanecieron en el lugar durante todo el mes del estudio, lo que permitió un control cuidadoso de las intervenciones dietéticas. El cambio exclusivo a las dietas del estudio provocó cambios notables en todos los participantes. La dieta vegana afectó significativamente las vías relacionadas con el sistema inmunológico innato, incluidas las respuestas antivirales. Por otro lado, la dieta cetogénica provocó aumentos significativos en los procesos bioquímicos y celulares relacionados con la inmunidad adaptativa, como las vías asociadas con las células T y B. La dieta cetogénica afectó los niveles de más proteínas en el plasma sanguíneo que la dieta vegana, así como proteínas de una gama más amplia de tejidos, como la sangre, el cerebro y la médula ósea.

La dieta vegana promovió más vías relacionadas con los glóbulos rojos, incluidas las involucradas en el metabolismo del hemo, lo que podría deberse al mayor contenido de hierro de esta dieta. Además, ambas dietas produjeron cambios en los microbiomas de los participantes, lo que provocó cambios en la abundancia de especies de bacterias intestinales que anteriormente se habían relacionado con las dietas. La dieta cetogénica se asoció con cambios en el metabolismo de los aminoácidos (un aumento en las vías metabólicas humanas para la producción y degradación de aminoácidos y una reducción en las vías microbianas para estos procesos), lo que podría reflejar las mayores cantidades de proteínas consumidas por las personas en esta dieta. Los distintos cambios metabólicos y en el sistema inmunológico causados ​​por las dos dietas se observaron a pesar de la diversidad de los participantes, lo que muestra que los cambios en la dieta afectan consistentemente vías generalizadas e interconectadas en el cuerpo. Se necesitan más estudios para examinar cómo estas intervenciones nutricionales afectan componentes específicos del sistema inmunológico. Según los autores, los resultados de este estudio demuestran que el sistema inmunológico responde sorprendentemente rápido a las intervenciones nutricionales. Los autores sugieren que puede ser posible adaptar las dietas para prevenir enfermedades o complementar los tratamientos de enfermedades, por ejemplo, ralentizando los procesos asociados con el cáncer o los trastornos neurodegenerativos.

Fuente: https://www.sciencedaily.com (30-01-24)