Dr. Alberto Kohan: “Los padres y el entorno son los principales responsables de la Obesidad en los niños”

La tecnología, la mayor oferta de alimentos, y el estilo de vida sedentario, son factores que aumentan los índices de Obesidad en nuestros niños. Pero ojo, porque el manejo adecuado por parte de los padres puede revertir en forma considerable esta tendencia.

Sin duda la vida moderna nos ha llevado a adquirir hábitos menos saludables. Y es que la tecnología nos ha facilitado tanto la vida, que ni siquiera tenemos la necesidad de movernos: no nos paramos para cambiar la televisión, porque tenemos el control remoto; ya no usamos las escaleras, todos andamos en ascensor; no vamos al parque con nuestros niños los domingos por la mañana, ahora vamos de paseo al mall.

Sumemos a esto el boom de los avisos publicitarios y algunos medios de comunicación que promueven el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares. Estas campañas de comida chatarra, que apuntan casi exclusivamente a los niños, originan en ellos la tentación de ingerir estos productos la mayor cantidad de veces posible. Esto definitivamente entorpece y dificulta el incentivo adecuado de estilos de vida más saludables en ellos.

Entonces, con estos hábitos pasivos y poco sanos, no resulta extraño que en la actualidad el 43,6% de los escolares chilenos sea sedentario. Según un estudio realizado por la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas –Junaeb- el 35% de los alumnos de entre 6 y 11 años sufre de sobrepeso u Obesidad.

Pero estas alarmantes cifras pueden ser revertidas por los propios padres, ya que la Obesidad Infantil está íntimamente relacionada con los factores ambientales, es decir, con lo que consume la familia, la forma en que comen, la calidad de la comida y el estilo de vida que llevan, en que prevalece el sedentarismo y la falta de límites hacia los hijos.

“En la mayoría de los casos, los padres no tienen una conciencia clara sobre cuál es el rol que juegan en la enfermedad de sus hijos. Les cuesta darse cuenta que tienen un niño obeso. Generalmente son familias en que no hay una buena relación madre-hijo; es lo que nosotros llamamos un apego inseguro”, explicó el Dr. Alberto Kohan, miembro de la SOCHOB y pediatra de Clínica Arauco.

De ahí la importancia de enfrentar la Obesidad como un problema integral y de familia. En este sentido, la orientación y el apoyo por parte de un equipo multidisciplinario –que incluya pediatras, nutricionistas, kinesiólogos y psicólogos- es fundamental para que los padres logren manejar lo más adecuadamente posible la enfermedad; esto implica disminuir el sedentarismo, ser una familia más dinámica y cambiar el tipo de alimentación. En este último caso, la idea es evitar tener alimentos en el refrigerador que puedan tentar al niño. Lo básico es que el núcleo familiar “se ponga en campaña”, colabore y limite el consumo de ciertos productos.

“Muchos padres piensan que los niños obesos van a adelgazar en la etapa de la pubertad. Y, aunque muchos efectivamente adelgazan, tienen una alta prevalencia de ser obesos en la etapa adulta, con la posibilidad de adquirir las patologías asociadas a esta enfermedad”, puntualizó el profesional.

Consejos para los padres:

• Compre sólo comida saludable para sus hijos.

• Ponga límites a sus hijos para que no coman a deshoras.

• Favorezca que la comida se realice en un lugar adecuado –no en la pieza-; que sea un momento de conversación y de interacción familiar, donde no se vea televisión ni tampoco se lea un libro.

• Evite la repetición de comidas.

• Nunca prohíba, sino que limite la ingesta de ciertos productos.

• No dé a sus hijos pequeños toda la comida molida. Fomente que sus niños aprendan a partir los alimentos y a demorarse en ingerirlos. Prémielos cuando lo hagan.

• No dé porciones muy abundantes. Un plato de postre lleno basta para los menores de entre 2 y 6 años de edad.

• Evite mandar colaciones poco saludables a sus hijos.

• Disminuya a dos horas diarias como máximo el uso del computador y de los juegos de video.