ASOCIAN USO PROLONGADO DE BIBERÓN CON LA OBESIDAD INFANTIL

NUEVA YORK (Reuters Health) – Los niños de 2 años que siguen tomando biberón son un tercio más propensos que el resto a ser obesos a los 5 años, según un estudio sobre 6.750 infantes de Estados Unidos.

Los autores desconocen si la causa directa es el uso prolongado del biberón, pero aseguran que los resultados sugieren que suspenderlo a partir del primer año permitiría prevenir el aumento excesivo de peso.

Los pediatras recomiendan reemplazar el biberón con una taza infantil a los 12-14 meses o antes, principalmente porque el uso del biberón, sobre todo de noche, eleva el riesgo de que los niños tengan caries o, también, deficiencia de hierro.

Los nuevos resultados, publicados en Journal of Pediatrics, suman otro incentivo para cumplir esas recomendaciones, según la autora principal del estudio, Rachel A. Gooze, estudiante del doctorado en salud pública de Temple University, Filadelfia.

En el grupo estudiado, 1 de cada 5 niños seguía tomando biberón a los 24 meses (a la noche o durante todo el día). Y de ese grupo, 1 de cada 5 era obeso a los 5 años, comparado con 1 de cada 6 niños que habían abandonado el biberón antes.

Al considerar varios factores que podrían influir en el riesgo de que un niño engorde (peso materno, ingreso y educación familiar y la lactancia materna), el equipo halló que prolongar el uso del biberón estaba asociado con un 33 por ciento más riesgo de que los niños sean obesos.

Ese vínculo no prueba una relación causa-efecto, dijo Gooze, pero es posible que a algunos niños el biberón les aporte calorías innecesarias. “Sería una fuente de confort, en lugar de satisfacer necesidades nutricionales”, agregó.

Por ejemplo, si una niña de 2 años y talla promedio toma 236 centímetros cúbicos de leche entera antes de dormir, ingiere un 12 por ciento de las necesidades calóricas diarias.

El uso prolongado del biberón impediría también que los niños pequeños tengan una dieta variada y nutritiva, según el doctor Marc S. Jacobson, de Obesity Leadership Workgroup de American Academy of Pediatrics.

“Los padres suelen quejarse de que es difícil lograr que los hijos coman verduras”, indicó. Una forma de hacerlo, agregó, es “comenzar temprano”, agregarles gradualmente alimentos de distintos sabores, texturas y colores.

Se recomienda comenzar con los alimentos sólidos recién a partir de los 6 meses de edad y mantener la lactancia exclusiva hasta ese momento, ya que reduce el riesgo de obesidad infantil, recordó Jacobson.

Gooze y Jacobson insistieron en que el estudio revela una relación y no una causa-efecto.

“Gran parte del debate público sobre la epidemia de obesidad se concentra en la comida rápida, chatarra y las gaseosas. Pero también existen características de la alimentación que están asociadas con la obesidad”, dijo Jacobson.

Gooze admitió que reemplazar el biberón por la taza puede ser complicado, en especial cuando existe el ritual del biberón antes de dormir. Jacobson aconsejó conversar con el pediatra sobre cómo suavizar esa transición. “Para eso está”, concluyó.

FUENTE: Gooze RA, Anderson SE, Whitaker RC. Prolonged Bottle Use and Obesity at 5.5 Years of Age in US Children. J Pediatr 2011 Apr 27.